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Tarabana fue la hacienda más importante del Valle del Turbio


Trapiche de la Hacienda Tarabana en 1938. Foto Simón Yepes Gil

Edificio del trapiche de Tarabana en 1921

Tempranamente, en la primera década del siglo XX, los hacendados del Valle del Río Turbio, mostraron gran interés por la instalación de modernas factorías para procesar la caña de azúcar que se cultivaba en abundancia en la región


Los hermanos Yepes Gil, José Antonio, Cruz María, Mariano y Daniel fueron los capitanes de la industria cañamelar en la vasta zona que comprendía desde las márgenes del río Turbio hasta el piedemonte del majestuoso Terepaima.


Pero serán José Antonio, Cruz María, Mariano, quienes compran la histórica hacienda Tarabana el 7 de septiembre de 1920 a la sucesión González, Rodríguez y Arapé, predio descrito como “… fundo de cañas de azúcar denominado ‘Las Mercedes’, antes Tarabana”.


El Central Las Mercedes, se componía de un moderno trapiche de la fábrica L. Geo Squier & Ca, de Buffalo, Nueva York, que fue comprado en 1917, a un costo de 13 mil 501 bolívares, con capacidad para moler 20 toneladas de caña en 12 horas.


La maquinaria de cinco masas, movida por vapor, poseía una centrífuga con un tacho al vacío para la elaboración del azúcar y otro abierto para el papelón, dos alambiques con sus toneles y barriles.


También tenía sus oficinas y edificios recientemente construidos y todos sus enseres: 10 carros con 10 bestias y sus arneses, 4 carretones tirados por bueyes, así como 10 yuntas de bueyes.


De Central Las Mercedes a Tarbana

Luego de adquirir el moderno trapiche, los hermanos Yepes Gil, devuelven el ancestral nombre a la hacienda Tarabana, y al visionar que la maquinaria existente tenía la limitación de producir 500 kilogramos diarios de azúcar (50 sacos de 10 kilogramos como la empacaba la sucesión González), deciden modernizar la fábrica y adquieren una nueva maquinaria en Alemania, fabricada por la compañía Krupp Grusonwerk.


José Antonio Yepes Gil, se encargó de ordenar la compra de la nueva maquinaria, así como de dirigir su instalación.


El encargo llegó a Barquisimeto a través del Ferrocarril Bolívar y trasladado a la hacienda Tarabana a través del camino de Zamurobano para conectar con el camino real.


Testimonios orales aseguran que gigantes cajas de madera, contentivas del moderno trapiche alemán, fueron conducidas sobre troncos y haladas cuidadosamente con yuntas de bueyes.


Las cajas estaban aseguradas con gruesas cadenas y cabuyas de cuero, y eran arrastradas lentamente, jornada que duró todo un día, advierte Juan Alvarado, cabudareño que presenció el traslado de la maquinaria y trabajó un poco más de veinte años en lo que luego de 1930 se convertiría en el Central Tarabana Hermanos Yepes Gil.


Pionero por más de una década

El Central Tarabana fue por más de dos lustros, la primera y más importante factoría de la región, en donde a lomo de bestia y en carretones, se arrimaba la caña para su procesamiento, llegando a producir, durante la década del 30, cerca de 100 toneladas por día.


El investigador Juan Morales Álvarez, en su obra Historia del Central La Pastora,anota que en 1944, durante el gobierno de Isaías Medina Angarita, ya existían 29 centrales azucareros instalados en el país. “En esa época convivían técnicas antiguas con conocimientos modernos”.


Entre estos ingenios figuraban en Lara solamente en 1949, Los Palmares, en El Tocuyo, con una producción de 939 mil 990 kilogramos de azúcar; Tarabana, en Cabudare, con 800 mil, seguido por Versalles en La Concepción con 360 mil y Sicarigua, en La Trinidad con 350 mil.


En la rigurosa obra Tarabana, de José Antonio Yepes Azparren, el escritor enumera que el Central Tarabana, para 1940 procesaba 120 toneladas de caña diariamente elevando a 150 desde 1944 hasta la culminación de la zafra en 1954, fecha en que el trapiche cesa en sus funciones.


La historiadora Catalina Banko, en su estudio La Industria Azucarera en la Región Centro Occidental, destaca que de las 27 mil 241 toneladas de azúcar producidas en el país en 1945, la proporción correspondiente a los centrales establecidos en la región era muy pequeña: Las Mercedes (1.926), Tarabana (558), Los Palmares (299), San Marcos (103) y El Rodeo (62), lo que representaba 7.1%, del total nacional.


El ocaso del ingenio

El 28 de noviembre de 1952, en el sitio de la hacienda La Unión, en el caserío Chorobobo, a 8 kilómetros de Barquisimeto, fue colocada la primera piedra para la fundación del Central Río Turbio, factoría que vendría a reemplazar los pequeños

ingenios del Valle del Turbio.


Las operaciones se iniciaron en 1955, con el procesamiento de 2.500 toneladas diarias de caña y la elaboración de 14 mil 447 toneladas de azúcar.


La hacienda Tarabana prosiguió con el cultivo de caña luego del cese de su trapiche, e igual destino transitaron los otros centrales del valle, limitándose a cosechar el rubro para proveer a aquel nuevo central.


Más tarde, la hacienda quedó completamente inoperante y en 1965, Jesús María (Chucho) Briceño Ecker y su esposa Elia Yepes Gil Oropeza de Briceño (hija de don Mariano, dueño totalitario de Tarabana desde el 3 de diciembre de 1941), venden al Instituto Agrario Nacional, (IAN), la finca Tarabana “constante de 994 hectáreas y mil 535 metros”, documento registrado en Cabudare, 2 de diciembre del año ya mencionado.


Tarabana desde siempre

En una minuciosa cronología sobre la tradición ancestral de la hacienda Tarabana, encontramos datos reveladores que atestiguan que el predio fue comprado según escritura del 9 de septiembre de 1791 por Juan Galíndez y Anzola por la cantidad de “siete mil quinientos pesos” al regidor Santiago Villalonga: “… Una pose

sión de tierras de labor en el sitio de Tarabana. La referida hacienda se compone de veinte y una fanegadas de tierra en las que están fundadas doce mil árboles de cacao frutales y diez y siete fanegadas de caña, dos trapiches, …”.


Desde esa remota fecha, la hacienda es mencionada como un predio de producción cacaotero y de cañamelar, siendo quizá el primer trapiche de la región.


Hoy la hacienda Tarabana y su capilla Las Mercedes, declarada Patrimonio Histórico del municipio Palavecino, mediante Decreto Nº A-04-02-2000, exhibe la mueca más dantesca del abandono.


En Twitter @LuisPerozoPadua


Fuente:

Catalina Banko. La Industria Azucarera en la Región Centro Occidental. UCV, diciembre de 2007

José Antonio Yepes Azparren. Tarabana. Fondo Editorial Río Cenizo. Barquisimeto 2003

Rafael Domingo Silva Uzcátegui. Enciclopedia Larense. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas 1981

Morales Álvarez. Dulzura Caroreña. Historia del Central La Pastora. Caracas 2006

Centro Interno de Documentación Diario EL IMPULSO

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